No sabes cuánto deseo volver a verte,
pero hace mucho que tu cuerpo se pudrió,
y que tu alma en el cosmos se fundió
ese cosmos en el que tanto esmero escudriñaste.
Bajo mis brazos mirabas al mundo,
con la mirada de un ser limpio y puro,
abierta a descubrir los secretos del amor,
e intentar esa quimera de vivir sin dolor.
Y ahora no haces más que mirar al mundo,
tras la fría seguridad que un cristal duro,
inundado de LEDs mostrando falsas ilusiones,
y dejando morir cualquiera de tus pasiones.
No sabes cuánto deseo volver a verte,
pero hace mucho que tu cuerpo se pudrió,
y que tu alma en el cosmos se fundió
ese cosmos en el que tanto esmero escudriñaste.
Hubo un tiempo donde tu meta era ser feliz,
vivir y amar sin temor a lo que una vez sentí,
sentiste o sintió; querías comerte el mundo,
y llegar a descubrir hasta el secreto más
profundo.
¿Y ahora dime dónde estás? ¡No lo sabes ni tú!
Quien sabe, quizás en Pequín o en Tombuctú,
quizás escondida porque miedo te da asumir,
las consecuencias de lo que tuviste que decidir.
No sabes cuánto deseo volver a verte,
pero hace mucho que tu cuerpo se pudrió,
y que tu alma en el cosmos se fundió
ese cosmos en el que tanto esmero escudriñaste.
"Soy capaz de cualquier cosa con tal de
volver a verte"
y como dijo un sabio una vez: "por la boca
muere el pez"
Yo soy capaz de lo contrario, como bien pudiste
ver,
Yo soy capaz de cualquier cosa por no volver a
verte,
ni soy capaz de traicionarme por volver a
hablarte.
A ver si dejas ya de una vez de lamentarte,
y aprendes que lo que ya está hecho,
jamás tiene manera de ser desecho.
Aun así, no sabes cuánto deseo volver a verte,
pero hace mucho que tu cuerpo se pudrió,
y que tu alma en el cosmos se fundió
ese cosmos en el que tanto esmero escudriñaste.
Tú no
sabes que yo lo sé (aunque ahora quizás ya lo sepas) pero si,
"Soy
capaz de cualquier cosa con tal de volver a verte".