Dios, como me gusta cuando me sale música de la nada y convierte una noche
aburrida en una productiva. Siempre ha sido
un misterio para mí, pero siempre que ocurre, me cambia el humor completo del día.
No sé si siquiera como surge. Estás tan tranquilo sentado en tu cama,
rasgueando tu guitarra, sin preocupaciones, con tu mente absorta en mil
pensamientos, y repente: ¡PUF! Te ves tocando una frase que hace dos segundos
no estaba ahí, pero que siempre ha estado ahí. Y ahora se materializa, y llama
y atención. La repites una y otra vez. Tu excitación aumenta. Pruebas diversas combinaciones
de acordes para continuar la canción y al segundo intento, ya tienes el puente
y el estribillo. Magia. Pero aun viene lo mejor. Te dices a ti mismo: Vamos a
ponerle letra.
Te sientas delante de tu ordenador, abres la
carpeta donde tiene acumulados meses y meses de letras, experimentos,
sentimientos, y vomiteras intelectuales, en busca de algo que pueda cuadrar. E inmediatamente,
tus ojos se fijan en un título. E instintivamente lo abres, y empiezas a leer.
Y empiezas a cantar. Y cuadra. No a la segunda, ni a la tercera ni a la cuarta.
Si no a la primera. Que va, ni a la primera, instintivamente ya sabias que esa
ERA la letra. Si como cuando la escribiste tuvieses muy vagamente en tu mente,
rodeada de niebla, las melodías y estructuras que ahora han surgido de ti. Y
cantas. “uy, esto aquí no cuadra, pero si lo pongo antes, y aquí añado un
verso...” y zas! Todo encaja. A la perfección, sin calentamientos de cabeza,
sin pausas. Como un torrente de agua que ha roto la presa que la retenía y se
abre camino sin dilación. Siempre ha estado ahí, siempre ha estado dentro de ti
esa canción, simplemente ha salido a dos tiempos, pero desencadenadas por un
mismo sentimiento mezzo-melancólico.
Eso señores, es el milagro de la creación. Milagro,
sí. Yo sigo pensando que es un milagro el poder sacar cosas tangibles de la
misma nada, dar forma a la niebla que envuelve la conciencia personal y
colectiva de todos y cada uno los seres humanos, y lo más importante: inspirar
a los demás. Hacer Arte de esa niebla. A veces este don de poder hacer dichos
milagros pesa como una losa, pero cuando fluye y funciona… ufff! Hay muy pocas
cosas comparables en satisfacción cuando creas algo que de verdad vale la pena.
Milagro… Según la moral cristiana, debería ser santo ya. El proceso de canonificacion indica que para hacer santo a alguien se tienen que demostrar mínimo 3 milagros. Yo llevo bastantes más ya. Es más, según esta moral, gente como Sheakpeare, Cervantes, Lorca, Kerouac, Ginsberg y más recientemente, Bob Dylan, Pete Townshend, Jimi Hendrix, John Lennon, Paul McCartney, Kurt Cobain y muchos que me dejo, deberían estar santificados. Algunos de ellos incluso, por mérito propio, deberían ser nombrados apóstoles o Arcángeles. Aunque bueno, yo puedo apuntar, e incluso afirmar, que he visto y oído a Dios. Lo hago cada vez que enciendo mi reproductor de música. Se llama Bob y es Judío. Curioso, ¿verdad?
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