Cuando mis
ojos han mirado al futuro, sea cercano o lejano,
jamás ha
habido sombra de duda, siempre he tenido claro,
un camino,
una senda, una carretera que coger y seguir,
un objetivo
que haga que mi vida sea digna de vivir.
He tropezado
mil veces y mil veces más tropezaré,
pero cien
mil millones de veces me levantaré.
Y nadie podrá
hacer nada por evitar,
que sienta un
inmenso placer al llegar,
al destino
que siempre me quise marcar.
La cinta se
rompe a mi paso,
suenan
aplausos y trompetas,
una gran satisfacción
me recorre,
cuando por
fin he llegado a la meta.
Mi meta.
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