La verdad, mi verdad escogí un día,
siempre por delante haciendo de guía,
y sin la máscara que lo débiles blanden,
para protegerse de la luz de la libertad.
No hay vuelta atrás, ahora ya es tarde,
da igual a que dioses oséis suplicar,
acabareis en el cielo de los desalmados,
que escogieron de la vida ser esclavos.
Jamás fui un santo ni jamás lo seré,
y sé que en el infierno me pudriré,
pero al menos tengo el alma clara,
y la conciencia tranquila de ser,
libre y nadie más que a mi obedecer.
Grítame y golpéame a mas poder,
pero no podrás ganar esta batalla,
es triste, la perdiste nada mas nacer.
Quizás sea un héroe, quizás un canalla,
pero si la gente me llega a conocer,
será porque de tu envidia nace mi fama.
La verdad, no se para que te lamentas.
ambos sabemos que la vida es injusta,
que esa dama ciega que te atormenta,
no es nada más que una idea absurda.
A veces toca ganar y perder en esta vida,
y yo escojo siempre la vía mas abrupta,
pero por suerte, al final de esta película,
soy yo el que siempre se lleva a la chica.
Jamás fui un santo ni jamás lo seré,
pero por siempre yo libre viviré,
triste cadáver desalmado tu eres,
de día al amanecer tu ya pereces,
sin tener lo que yo ya encontré.
Grítame y golpéame a más poder,
pero no podrás ganar esta batalla,
es triste, la perdiste nada más nacer.
Quizás sea un héroe, quizás un canalla,
pero si la gente me llega a conocer,
será porque de tu envidia nace mi fama.
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