Tienes mucha cara de mostrarte ahora,
de mostrarte después de tanto tiempo,
soltando divagaciones que no entiendo,
con extrañas intenciones que no comprendo
Te fuiste por la puerta de atrás,
después de patearme en la espalda,
y destrozar lo poco que quedaba de calma,
dentro de mí ya muy atormentada alma.
Así que no pretendas ahora hacer,
como si nada hubiese ocurrido,
como si nunca te hubieses ido,
como si nunca me hubieses herido.
No sé a qué estás jugando,
ni sé que es lo que estas tramando,
pero es gracioso hasta al absurdo,
de que pienses que estás al mando.
Yo siempre he estado en la sombra,
Invisible pero siempre presente,
Veo y tomo nota de cada maniobra,
Que se cuece en tu perversa mente.
Tú no sabes absolutamente nada de mí,
pero yo sé de todos tus movimientos,
tengo claro que no has tenido escarmiento,
con ver cómo me marchaba con el viento.
Dices que no te arrepientes de nada,
pero tú extraña nostalgia te delata,
como tus regalos dados tras una mascara,
estás tan ciega que no te percatas.
Así que deja de hablar en clave,
y dime que pretendes alto y claro,
vuelve a usar el mismo descaro,
con el que me dejaste como un bárbaro.
Pero si prefieres callar, márchate,
márchate otra vez por la puerta de atrás,
con pena y sin gloria, para no volver jamás,
y déjame en paz echarte de más.
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