tu lengua
envenenará,
pero jamás
tus ojos,
ni tu mirada
engañará,
pues del
alma serán,
y son su
portavoz.
Mírame a los
ojos,
y dime si aún
queda algo
de esas
largas noches,
que en el
Desierto gastamos,
buscando
entre la arena los despojos,
de nuestros
besos a medianoche.
Por mucho
que quieras,
jamás podrás
ocultar,
lo que tu
alma quiere gritar,
a través de
tus ojos de fiera.
Tu voz
perecerá,
tu corazón
se apagará,
pero cuando
te vayas,
tu mirada
aun brillará,
al verme tu
mano temblará,
aun seré
quien te acompañara.
Por la dunas
del desierto,
te guiaré
hasta encontrar,
las palabras
que den forma,
a todos tus
pensamientos,
esos que no
sabes pronunciar,
pero que tus
ojos gritan con sorna.
Por mucho
que quieras,
jamás podrás
ocultar,
lo que tu
alma quiere gritar,
a través de
tus ojos de fiera.
Fiera del
Desierto, ven a mí,
y devórame
hasta que mis huesos,
se fundan
con el polvo de la dunas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario