domingo, 4 de mayo de 2014

Soneto por la Paz


¡Alto el fuego! ¡Dejen las armas!
La tormenta por fin se acabó,
el enemigo que tanto tembló,
ya ha apagado las alarmas.

Y al fin cesaron las pequeñas,
batallas de una guerra fría,
entre dos personas que no saben,
estar ni juntas ni partidas.

Ahora la calma va a llegar,
ahí donde hubo un gran dolor,
ahí donde los versos buscan bregar.

Que haya paz tanto en la tierra,
así como en nuestras almas.
Ojalá que no lluevan más piedras.


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