Con tus
versos y tus curvas,
no haces
honor al nombre,
de esa
delicada flor de amor.
Aunque me dejaría
enredar,
por la parte
que no es tuya,
la parte que
tuviste que heredar.
Nos une lo etéreo,
lo eterno,
lo que unos
cuantos locos,
somos
capaces de leer,
escogidos
son muy pocos,
para versar
y cantar al averno,
al cielo,
tierra, mar y aire
Nos une un
hombre santo,
con mas
vidas que un gato,
con los ojos
como un plato,
que
traicionó a la mano,
que le dio
fama y poder,
solo por el
placer de joder.
Flor de
amor, déjalo todo,
y ven a
fundirte conmigo,
aquí donde
versar y rimar,
es adorar,
besar y amar.
Ven y te
deshojaré lentamente,
mientras el tamborilero
canta.
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